¿Están nuestros cerebros en red?

 

Nuestros cerebros no son únicamente órganos para el procesamiento de información en nuestros sistemas nerviosos, además, actuarían intercambiando información mediante ciertos procesos cuánticos a nivel global, como si estuvieran "en red". En este sentido nuestros cerebros no se deberían considerar como independientes unos de otros. 
 


Según propusieron en 2017 los investigadores y profesores Meijer y Geesink de la Universidad de Groningen (Groninga) de NL (Holanda): El cerebro (encéfalo) interactuaría con "campos globales de información holográfica", Siendo estos campos cuánticos de energía (e información), cuya geometría (espacio-tiempo) sería de tipo toroidal (en forma de rosquilla o de donuts) o campos cuánticos de información basados en sistemas de estados entrelazados (entrelazamiento cuántico) de partículas (p. ej. fotones polarizados). Esto explicaría las respuestas ultrarrápidas en el funcionamiento efectivo del tejido cerebral (encefálico). Así pues, nuestro cerebro estaría formando parte de un "espacio mental de trabajo" en relación con el "campo global de información". [Meijer y Geesink, 2017]

 

Ambos investigadores detallan que: "Nuestro sistema nervioso integral sería como un sistema de transmisión neuronal y una red de múltiples sistemas resonantes (citoesqueleto celular, estructuras proteínicas, oligonucleótidos, etc.) que interactuarían a modo de 'dominio metacognitivo' (ver más detalles, abajo y en la página de 'Metacognición cuántica' de este Blog), con patrones de frecuencias de resonancia características para los campos electromagnéticos (biofotones) o solitónicos (solitones), actualizándose continuamente en un espacio de 'memoria global', para cada momento de cada individuo."

 

Puntualizan que una geometría "toroidal" es una unidad básica en la naturaleza (figura 1), siendo muy común en electromagnetismo, permitiendo, además, el acoplamiento de energía gravitatoria, energía oscura (antigravitacional), campo de energía del vacío (energía de punto cero), así como la energía del campo magnético terrestre, transmitiendo información al tejido nervioso, que sería fundamental en el procesamiento de información consciente e inconsciente a muy alta velocidad.

 

Fig. 1. Geometría "toroidal":  "Circunferencia directriz" de radio "R" y "Círculo generador" de radio "r". 


Los dos investigadores proponen, además, que el supuesto "espacio mental de trabajo", estaría en interacción mutua con todo el sistema nervioso, generando "autoconsciencia". Su estructura funcional se apoyaría en la mencionada geometría "toroidal" para el espacio-tiempo. Cada entidad biológica o cada espacio mental de trabajo tendría asociado varias estructuras toroidales. Esto último es fundamental para conseguir un patrón de frecuencias (con una capacidad de selectividad en frecuencia) para los "solitones" o para los "biofotones" (propuesto por el biofísico alemán Fritz A. Popp para los fotones biológicos mediadores en los biocampos -campos electromagnéticos biológicos- [Popp, 1992][Cohen y Popp, 2003]) que proporcionarían un algoritmo para procesos cuánticos "coherentes" (los estados cuánticos en superposición mantienen sus fases durante un cierto tiempo). [Bajpai, 2003]

 

Ambos investigadores postulan que la consciencia en todo el universo surge a través de un acoplamiento de "toroides anidados" (figura 2), a modo de fractales (que son entidades invariantes a la escala) -campos de energía e información en 4 dimensiones espaciales (4-D) más 1 temporal-. Estas estructuras toroidales estarían circunscritas en hiperesferas (4-esferas: de 4 dimensiones espaciales + 1 temporal), que incluirían mecanismos de corrección de errores cuánticos (basados en códigos topológicos). En nuestros cerebros, las estructuras serían, también, toroidales pero de 3-D espaciales (más la dimensión temporal). Los campos (4D) proyectarán su información, en forma holográfica, en un "horizonte de sucesos cerebral" de 2-D espaciales (más la dimensión temporal), a partir del cual se simularía nuestra realidad en 3D espaciales + 1 temporal. Este espacio de trabajo interactuaría con el cerebro (encéfalo) mediante señales coherentes (ondas estacionarias), guiando la plantilla cortical en relación a una mayor coordinación cognitiva y de sincronicidad, como se requiere para los estados conscientes.


Fig. 2.  Acoplamiento de "toroides anidados": con diferentes " R" y "r".

 

Señalando que, en relación con el "carácter global", tendría sentido hablar de una "matriz de información universal", como un supuesto "orden implicado" (al estilo del conocido físico estadounidense David J. Bohm [Bohm, 1980])  en un contexto de las teorías espacio-temporales de la física actual. Existiría un "espacio mental de trabajo holográfico" para los campos que interaccionen con nuestros cerebros, que proporcionaría un marco de interpretación para los estados transpersonales de consciencia.

 

También señalan la profunda conexión de la humanidad con el cosmos (para nuestra mayor responsabilidad por el futuro de nuestro planeta). [Meijer y Geesink, 2017]



Comentarios:

La famosa pregunta que el filósofo analítico David J. Chalmers se realizó en 1995 [Chalmers, 1997]: ¿Cómo puede algo inmaterial como una experiencia subjetiva y de autoconsciencia surgir de un cerebro material?, se podría reformular de la siguiente manera: ¿Es la consciencia el más fundamental aspecto de la realidad? o ¿Cómo resulta la consciencia de la manifestación de la materia? 


Esto implicaría que el llamado "panpsiquismo", a primera vista, puede ser un solución lógica a la pregunta de Chalmers, sin embargo este puede ser un enfoque reduccionista en la línea de física materialista actual.


La propuesta de Meijer y Geesink, a este respecto, es que: "La consciencia puede ser considerada como el bloque de construcción más básico de naturaleza y, en consecuencia, estaría presente en todos los niveles de la realidad." [Meijer, 2014]


Según Meijer y Geesink, y otros teóricos, la naturaleza podría tener un fondo cuántico, consistente en una "matriz fractal holográfica" en correspondencia con nuestros "espacios mentales de trabajo holográfico", convenientemente interconectados conformarían un campo cuántico de información. 


Desde el "espacio de trabajo holográfico" postulado, se proyectaría su información activa desde o hacia un "pantalla virtual" en nuestro cerebro, de forma análoga a como se describe el "horizonte de eventos o sucesos" (en los agujeros negros del universo). [Meijer y Geesink, 2017]

 

El término "resonancia" hace referencia a que una determinada frecuencia (o longitud de onda) del espectro electromagnético se ve favorecida frente a las demás (es selectiva en frecuencia). 


Un "solitón" hace referencia a una onda capaz de propagarse en un medio material. Un "fotón" es el bosón (partícula elemental de spin entero) asociada a la interacción electromagnética. 


El "campo global de información holográfica", con clara referencia a los conocidos hologramas, es un campo cuántico. Este campo cuántico posee propiedades cuánticas como la de coherencia, entrelazamiento, etc. El hecho del "entrelazamiento cuántico" permitiría compartir información o poseer información a nivel global (no-local, espacial y, en cierto modo, temporal). 


La "metacognición" se refiere al "conocimiento sobre el conocimiento", la "autorreflexión sobre el propio conocimiento". Es el control y autorregulación del procesamiento de la información. Entre otras cosas, la metacognición nos permitiría la correlación entre el aprendizaje y la motivación.


La metacognición cuántica media el procesamiento de la información humana, desde la mecánica cuántica, mediante la evaluación de factores inconscientes y conscientes. A lo largo del procesamiento de la información, los eventos neuronales, y por lo tanto los juicios, se rigen por el campo abstracto de probabilidades. El sistema cuántico evoluciona de un estado reversible a uno irreversible. En este contexto, la metacognición es explicada mediante funciones de ondas mentales. Con la interpretación mecánico cuántica de la metacognición, estamos en una etapa de dejar atrás nuestros puntos de vista tradicionales para entrar en un nuevo ámbito de comprensión de la realidad.



Referencias (ordenadas por el año de publicación):

Bohm, D. Wholeness and the Implicate Order. Routledge. Londres, Reino Unido. 1980.

Popp, F. A. Li, K H. Gu Q. Recent Advances in Biophoton Research and Its Applications. International Institute of Biophisics. Germany. World Scientific Publishing Co. Singapore.1992.

Chalmers, David. The Conscious Mind: In Search of a Fundamental Theory. Univ. California. Sta. Cruz. USA. 1997.

Cohen S. Popp F.A. Biophoton emission of human body. Indian Journal Experimental Biology. PubMed. USA. 2003.

Bajpai, R P. Quantum coherence of biophotons and living systems. North Eastern Hill University. Shillong. NISCAIR-CSIR. India. 2003.

Meijer DKF. The Extended Brain. Cyclic information flow in aquantum physical realm. NeuroQuantology. Univ. Groningen. NL (Holanda). 2014.

Meijer DKF. Geesink JHH . Consciousness in the universe is scale invariant and implies an Event Horizon of the human brain. NeuroQuantology. Univ. Groningen. NL (Holanda). 2017. 


Comentarios

  1. Es impresionante esta teoría, aunque algo compleja.

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  2. Sobre todo el asuntillo de los fractales en muchas dimensiones...

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